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Super Omega 3 ha sido formulado para ofrecer un aporte óptimo de ácidos grasos omega 3 de origen marino. Estos lípidos naturales tienen efectos científicamente demostrados en la composición de las membranas celulares, así como en numerosos procesos bioquímicos y fisiológicos: la regulación de la tensión arterial, las reacciones antiinflamatorias, la agregación de las plaquetas sanguíneas, la secreción de neurotransmisores implicados en el humor, la actividad neuronal …
Super Omega 3 va dirigido a todas las categorías de población.
La Organización Mundial de la Salud, así como la totalidad de los países occidentales recomiendan un aporte mínimo de 500 mg al día de EPA (del inglés Eicosapentaenoic acid - ácido eicosapentaenoico) + DHA (del inglés Docosahexaenoic acid – ácido docosahexaenoico), para el mantenimiento de una salud óptima (1), en concreto para apoyar el desarrollo y el funcionamiento cerebral.
Ahora bien, numerosos estudios han mostrado que estos aportes están muy lejos de estar cubiertos en las poblaciones americanas y europeas (las cantidades son de 2 a 8 veces menores que las cantidades diarias recomendadas).
Estas recomendaciones son válidas para las personas sanas, pero todo indica que ciertas categorías de población tienen necesidades todavía mayores (hasta 1.000 mg/día (2)):
El EPA y el DHA son moléculas que se meten en las capas de grasa que delimitan las células de nuestro cuerpo, las que se denominan membranas celulares. Desde este espacio estratégico es desde donde éstas actúan en funciones muy diversas del organismo.
La incorporación del EPA y del DHA a las membranas celulares les proporciona una mayor fluidez y una permeabilidad óptima. Es un factor muy importante, ya que una membrana poco fluida reduce los intercambios membranosos y favorece un estado de inflamación crónica.
Además, en caso de inflamación sistémica, el organismo puede echar mano de estas existencias de omega 3 y transformarlas en moléculas antiinflamatorias. Esto es todo lo contrario de lo que sucede con los omega 6, ya que estos últimos se transforman en compuestos proinflamatorios propicios para el desarrollo de disfunciones metabólicas como la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico.
Estos últimos años, 12 estudios han evidenciado el interés de la ingesta de complementos de omega 3 para la prevención del síndrome coronario y de otros trastornos cardiovasculares (7).
Estos efectos se explican por varios mecanismos. La ingesta de complementos de omega 3 contribuye en primer lugar a una disminución de la concentración de los omega 6 en las membranas y, por un efecto dominó, a una reducción de su transformación en derivados proinflamatorios (8). Ésta actúa también en la placa de ateroma que es la causa de los trastornos cardiovasculares: los omega 3 ayudan a reducir la tensión arterial y la trigliceridemia (9), cuyo nivel elevado es un factor de riesgo reconocido, disminuyendo la producción hepática de triglicéridos y aumentando su depuración mediante transportadores LDL (del inglés Low-density lipoproteins – de lipoproteínas de baja densidad). Asimismo, éstos estabilizan la placa de ateroma disminuyendo la producción de citoquinas inflamatorias e impidiendo la adhesión de monocitos a la pared vascular (10-11). Finalmente, los omega 3 también son reguladores de una gran cantidad de genes, en concreto los que implican al metabolismo lipídico.
Varios estudios, entre los que se encuentra uno muy famoso publicado en 2002, muestran que la ingesta de complementos de EPA durante varias semanas provoca una fuerte disminución de los trastornos depresivos una buena parte de las personas que padecen una depresión grave (12-13).
Además, la depresión postparto precisamente podría deberse a una disminución de los niveles de EPA y de DHAen las células de la mujer embarazada, que lleva a unas existencias muy reducidas al final del embarazo (14). Los investigadores han descubierto que hace falta aproximadamente un año para reconstituir las existencias iniciales necesarias para el buen funcionamiento de los sistemas serotoninérgicos y colinérgicos (el DHA representa, en situaciones normales, del 10 al 20 % de la composición de ácidos grasos del cerebro (15)). Unos niveles poco elevados de DHA en las membranas de las células del cerebro no solo conducen a la depresión. También provocan déficits de dopamina en las zonas corticales, lo que posiblemente contribuye al deterioro cognitivo y perjudica al crecimiento, así como al desarrollo del sistema nervioso.
El DHA, integrado en la membrana, permite una mayor flexibilidad de ésta, teniendo impacto en las velocidades de transducción y de neurotransmisión. Asimismo, actúa sobre el desarrollo de las prolongaciones neuronales, el establecimiento de las sinapsis, la plasticidad neuronal, la maduración de las neuronas y posteriormente su migración hacia las zonas diana, jugando un papel considerable en las capacidades motrices, sensoriales y cognitivas. Así pues, Carlson y su equipo han mostrado la influencia positiva que ejerce una alimentación rica en Omega 3 sobre la capacidad de aprendizaje.
El DHA representa más del 30 % de los ácidos grasos totales de la retina (17). Éste es uno de los compuestos más importantes que constituye las membranas de los segmentos externos de los fotorreceptores (18). Ahora bien, la renovación constante de estos compuestos celulares requiere un aporte regular y elevado de DHA o de sus precursores. Por otra parte, el DHA estimula una etapa fundamental del mecanismo de fototransducción (19), el que permite la conversión de la energía luminosa en mensaje nervioso (20). Por tanto, no es de sorprender que las deficiencias de DHA estén correlacionadas con varias disfunciones del sistema visual como la DMAE (Degeneración macular asociada a la edad) (21-23).
Como la totalidad de nuestros complementos de omega 3 (Super EPA y Super DHA), Super Omega 3 presenta los ácidos grasos EPA y DHA en su forma natural (triglicéridos). Es una forma más costosa que su equivalente sintético (esteres etílicos), pero los estudios revelan que posiblemente es más fácil de digerir (sin liberación de etanol) y dos veces más biodisponible.
Además, al contrario que muchos laboratorios, nosotros hemos decidido elaborar nuestro producto a partir de un aceite de pescado salvaje. En efecto, varios estudios muestran que el pescado de piscifactoría contiene menos omega 3 y más omega 6 (24). Esta anomalía se explica por la inadecuación de la alimentación de piscicultura: los pescados salvajes se alimentan de pequeños peces, de crustáceos y de microalgas muy ricas en omega 3, mientras que los pescados de piscifactoría a menudo son alimentados con cereales y con aceites vegetales ricos en omega 6. Además, son criados en condiciones sanitarias precarias, a menudo inhumanas, y la utilización de antibióticos y de antifúngicos es muy corriente.
A fin de garantizar una calidad óptima, el producto Super Omega 3 está hecho a partir de un aceite de pescado de primera calidad, que proviene de zonas de pesca libres de toda influencia industrial. Las especies de pescado (sardinas, caballas y anchoas), pescadas a lo largo de las costas peruanas y chilenas, son elegidas por su contenido naturalmente elevado de ácidos grasos omega 3. Los aceites producidos de esta manera tienen la certificación de Friend of the Sea®, es decir que éstos proceden de pesquerías sostenibles que respetan estrictos criterios de conformidad y cuya gestión de las cuotas de pesca está garantizada. Se fomentan los pequeños pescados grasos, ya que los más voluminosos tienen una larga vida y acumulan desechos: mercurio, dioxinas e incluso pesticidas.
Para garantizar la ausencia total de contaminantes: PCB (del inglés polychlorinated biphenyls - bifenilos policlorados), metales pesados, dioxinas, SuperSmart recurre a una tecnología de purificación patentada. A continuación, nosotros utilizamos un proceso natural denominado hidrólisis enzimática que permite obtener la concentración más elevada de EPA y DHA en un aceite 100 % puro.
Además, como los ácidos grasos omega 3 son compuestos muy sensibles a la oxidación, nosotros añadimos ingredientes naturales para maximizar su preservación. En efecto, cuando los omega 3 se oxidan, se transforman en ácidos grasos trans y pierden todo su interés beneficioso para el organismo. Por tanto, es indispensable protegerlos con antioxidantes para que conserven sus beneficios a lo largo del tiempo. Ésta es la razón por la que SuperSmart ha decidido añadir tocoferoles (vitamina E) a esta fórmula excepcional. También por esta razón le aconsejamos que conserve su bote en un lugar seco, fresco y alejado de la luz.
En teoría, nuestro organismo es capaz de fabricar EPA y DHA a partir de ácidos grasos omega 3 de origen vegetal, pero estos aportes han disminuido considerablemente a lo largo de los siglos, debido a la agricultura moderna y a nuestro cambio de dieta alimenticia (3).
Además, el nivel de éxito de esta transformación ha disminuido mucho debido a nuestro consumo totalmente inadecuado de omega 6 (4). Los omega 6 son ácidos grasos mucho menos beneficiosos para el organismo, que se encuentran absolutamente por todas partes en los alimentos industriales modernos y que movilizan todas las enzimas (elongasas y desaturasas) indispensables para la conversión de los omega 3 vegetales en DHA y en EPA.
Una persona que decidiera aumentar sus aportes de ácidos grasos omega 3 de origen vegetal no notaría ninguna diferencia si ésta no reduce, al mismo tiempo y de manera considerable, sus aportes de omega 6. Sin embargo, la realidad está muy lejos de esta situación óptima, ya que nosotros consumimos de 15 a 50 veces más omega 6 que de omega 3 de origen vegetal.
En exceso, los omega 6 suplantan a los omega 3 y ocupan las membranas celulares en su lugar, lo que conduce a la formación de miles de moléculas proinflamatorias (5-6) de las que se sospecha que juegan un papel determinante en el desarrollo y la exacerbación de las enfermedades crónicas.
Esta constatación asombrosa podría corregirse con el consumo diario de pescado graso rico en EPA y en DHA. Desgraciadamente, su contaminación por contaminantes y su poca accesibilidad no permiten considerar consumirlo diariamente … Nuestros aportes reales de omega 3 de origen marino, EPA y DHA, están muy alejados de las cantidades mínimas recomendadas, e incluso más alejados de las cantidades óptimas.
La ingesta de complementos de EPA y de DHA es la solución más sencilla y más eficaz para recuperar unas membranas sanas lo más rápido posible.
Después de su ingesta y absorción, el EPA y el DHA son incorporados a las membranas celulares con los fosfolípidos. Esta incorporación es un proceso lento : por tanto, es necesario tomar Super Omega 3 diariamente durante varias semanas, incluso varios meses, para constatar plenamente sus beneficios.
Al terminar de tomar los complementos, los aportes de omega 3 se reflejan en la composición de los fosfolípidos de las membranas. El estudio NAT-2 ha mostrado que el consumo de omega 3 provoca un aumento significativo de los niveles de omega 3 en las membranas (éstos pueden llegar hasta un 70 %). Para lograrlo, se le aconseja disminuir sus aportes de omega 6 durante todo el periodo de la ingesta de los complementos.
Si. Estos dos compuestos atraviesan perfectamente la barrera hematoencefálica con ayuda de proteínas de transporte específicas de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga. Varios ensayos realizados con personas han mostrado de manera indiscutible que la ingesta de omega 3 por vía oral lleva a su acumulación en los tejidos del sistema nervioso central (25-26).
La nota de este producto es 4.7 sobre 5 estrellas.
Hemos recogido 179 opiniones.
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1%
19 abril 2024
Buen producto
25 marzo 2024
Excelente si se toma con constacia regularmente
26 febrero 2024
Lo mismo que el anterior. Me parece de muy buena calidad
31 enero 2024
Lo consumo como metodo preventivo y me encuentro bien.
8 enero 2024
Ya conocía el producto y reúne todas las expectativas que esperaba