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Muchos mamíferos tienen la capacidad de sintetizar la vitamina C. Desafortunadamente, el cuerpo humano ha perdido el uso de esta capacidad a lo largo de la evolución. Por tanto, es necesario un aporte externo para asegurar las necesidades diarias . Esta puede ser aportada por la alimentación gracias a ciertos alimentos ricos en vitamina C, como las frutas y las verduras. No obstante, esta molécula se deteriora fácilmente en la preparación o la cocción de los alimentos, porque es muy sensible a la luz y al calor. Por tanto, tomar suplementos nutricionales puede resultar necesario para asegurar un aporte óptimo y limitar el riesgo de carencia. Envasados en cápsulas, estos complementos permiten proteger la vitamina hasta su asimilación por el organismo. En caso de carencia demostrada, la toma de suplementos se hace indispensable para restablecer niveles adecuados de vitamina C. En ausencia de un aporte suficiente, una carencia de vitamina C puede manifestarse por síntomas indeseables como un gran cansancio.
Nuestro suplemento nutricional Asc2P ha sido formulado en cápsulas para permitir un aporte optimo de ascorbil fosfato de magnesio. Esta potente forma permite abastecerse de vitamina C a razón de 500 mg al día (es decir, dos células). No obstante, esta posología puede adaptarse en función de sus necesidades y de los consejos de su terapeuta. También se puede completar esta toma con otros nutrientes que tengan una acción sinérgica con la vitamina C. Este es el caso por ejemplo de la vitamina E, del betacaroteno, del selenio o del zinc.
La jalea real se combina idealmente con el ginseng, el propóleo verde, Robuvit®, un extracto de madera de roble utilizado para reducir el cansancio o incluso el Asc2P 250 mg (del inglés (Magnesium) Ascorbyl Phosphate – Ascorbil fosfato (de magnesio)), una forma estable y potente de vitamina C.
No es necesario conservar la jalea real liofilizada en la nevera.
Todo el mundo puede beneficiarse de la jalea real, en particular los deportistas, las mujeres embarazadas, las personas mayores de 40 años, las personas cansadas, frágiles o a menudo enfermas.