Complemento alimenticio de carbón vegetal contra la hinchazón y los gases.

La liberación rectal de gas es un proceso fisiológico totalmente normal, pero en exceso puede suponer un problema importante. El volumen medio de gas en el intestino es de aproximadamente 200 ml en una persona en ayunas, pero se contabiliza una liberación de aproximadamente 600 ml de gases intestinales (con una variación de 475 a 1500 ml) cada día por el ano (1).

Como media, la frecuencia diaria de ventosidades es de 10, con una gran variabilidad individual. La frecuencia de las flatulencias y el volumen de gases intestinales están indiscutiblemente correlacionados (2).

Esta producción de gases intestinales proviene de dos factores principales :

• La deglución de aire. Cada deglución provoca la llegada de 5 a 10 ml de aire al estómago. La gran mayoría se eructa, pero la cantidad que llega hasta el intestino es de aproximadamente 400 ml.
• La fermentación bacteriana. El resto del gas se produce por la fermentación bacteriana de glúcidos y de glucoproteínas no digeridas. Así pues, se calcula que alrededor de un 20 % de los glúcidos ingeridos durante las comidas no son digeridos (3), a lo que hay que añadir los oligosacáridos no digeribles presentes en las leguminosas. La fructosa y el sorbitol, contenidos en la fruta y en los alimentos transformados también participan en la producción de gas por las bacterias intestinales.

Las flatulencias pueden estar también relacionadas con situaciones bastante raras de malabsorción, de intolerancia a la lactosa o de “supercontinencia”, una incapacidad de eructar suficientemente el aire tragado. Éstas contienen principalmente nitrógeno (más de un 90 %), así como hidrógeno, dióxido de carbono (CO2), metano, sulfuro de hidrógeno (responsable del olor), dimetil sulfuro de hidrógeno, y escatoles, los principales responsables del ruido (4).

Cerca de la mitad de las personas que se quejan de flatulencias excesivas no producen más gas que los demás, pero el tiempo de retención de estos gases es más largo (5). Los demás son víctimas de una mayor fermentación.

Cerca del 20 % de las personas occidentales padece hinchazón de vientre y flatulencias molestas. En la mayor parte de éstas, en su mayoría mujeres, estos problemas de flatulencias van acompañados de varios síntomas como una cierta tensión abdominal, una sensación de presión desagradable, borborigmos, hinchazón abdominal e incluso dolor. Estos últimos se sitúan sobre todo en la región periumbilical y en el bajo vientre (6). No obstante, el síntoma considerado como el más molesto sigue siendo la distensión abdominal que no es solamente una impresión, ya que es medible objetivamente. Generalmente, en estas personas hay una alteración del tono de la pared abdominal : la retención produce de manera paradójica una relajación de los músculos implicados en el mantenimiento del tono del abdomen inferior.

Estos síntomas por lo general empeoran a lo largo del día, pero son aliviados después de la defecación.

Los complementos de carbón activo deben tomarse después de las comidas, separados de los medicamentos.

No se recomienda tomar alcohol en el curso de la toma de complementos de carbón. Éste podría reducir la capacidad del carbón para absorber los gases y las toxinas (7). La ingesta de medicamentos podría tener el mismo efecto. Por tanto, se aconseja tomar el carbón activo más de una hora después de su ingesta, y después de haber consultado con un profesional de la salud.