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El propóleo es una sustancia que utilizan las abejas para hacer el interior de la colmena más sólido, estanco y resistente a las invasiones microbianas y fúngicas. Éstas lo fabrican a partir de resinas antipatógenas (18-19) que recogen de las yemas y las cortezas de los árboles, a las que le añaden cera y saliva. Después, el propóleo lo recogen los apicultores rascando los cuadros de las colmenas y finalmente eliminan de éste la cera y sus impurezas. El producto final es un complejo concentrado de fitonutrientes que procede de las yemas y de los micronutrientes procedentes de las abejas.
En Europa, las abejas fabrican el propóleo a partir de los álamos o de las coníferas. En Brasil, donde los ecosistemas son infinitamente más ricos, hay inventariados cerca de 13 tipos de propóleo que varían en función de los vegetales utilizados por las abejas. Entre éstos figura el propóleo rojo, reconocido por ser la variedad que contiene el mayor número de fitonutrientes antioxidantes y que presenta la actividad antioxidante más importante (20). Éste debe su color rojo a un pigmento flavanol único, la retusapurpurina (21).
Se fabrica en el norte de Brasil, en los manglares (selvas tropicales anfibias), a partir de un árbol sarmentoso cuyas ramas son capaces de trepar como lianas: Dalbergia ecastophyllum (22-24). En un entorno excepcional, lejos de la agricultura intensiva, las abejas extraen un exudado resinoso de color rojo vivo, relacionado con la presencia de un parásito local.
El propóleo verde es fabricado por las abejas en el sur de Brasil a partir de una especie completamente distinta: Baccharis dracunculifolia (25).
La mayoría de las carnes y de las frutas con cáscara contienen cantidades apreciables de zinc, pero otros alimentos también lo contienen:
El organismo solo absorbe de un 15 a un 40 % del zinc presente en estos alimentos, y esto disminuye con la edad.
Red Propolis es un producto natural excepcional, muy raro (la producción anual está estimada en 1 o 2 toneladas en Brasil), y cuyo proceso de fabricación necesita infraestructuras francesas de alta calidad.
Nuestros organismos tienen necesidad de muy poco zinc, pero este aporte es fundamental.
En nuestras sociedades modernas, debido a los nuevos hábitos alimenticios, a las técnicas agrícolas modernas, al empobrecimiento de los suelos y al refinado casi sistemático de los cereales, las carencias leves son corrientes.
Éstas son mayores especialmente en los grupos de población siguientes: