Fecha de caducidad, Fecha de consumo preferente o de duración mínima: ¿de qué estamos hablando?
Usted se ha fijado en una fecha puesta en su bote de complementos. Pero ¿sabe usted qué significa realmente?
Esta fecha corresponde habitualmente a una fecha de consumo preferente, también llamada fecha de duración mínima. La fecha de consumo preferente o de duración mínima delimita el periodo de eficacia óptimo del producto. Hasta esta fecha, el producto conserva todas sus propiedades físicas, organolépticas y bioquímicas.
Por tanto, no se puede hablar propiamente de una “fecha límite de consumo” en el sentido de la fecha de caducidad: ésta indica el plazo a partir del cual un producto no debe ya ser consumido ya que puede ser perjudicial para la salud.
Complemento caducado desde hace unos días: no hay de qué preocuparse
¿Ha caducado su cápsula solo hace unos días, unas semanas o incluso un poco más? Es inútil tirarla inmediatamente ya que, como hemos visto, la fecha indicada no compromete directamente su seguridad. Como mucho, los efectos del complemento estarán aminorados pero no será nocivo para su organismo: generalmente, los complementos (excepto los probióticos) pueden incluso tomarse de 3 a 6 meses después de su fecha de consumo preferente.
No obstante, eso no impide que debamos estar atentos. Al igual que para los productos alimenticios, confíe en sus sentidos para detectar cualquier proliferación microbiana inoportuna. ¿Ha aparecido moho en sus vitaminas? ¿Emana de su frasco un olor sospechoso? ¡Tírelos!
Factores que influyen en la conservación de los complementos
Según su composición o su envasado, los complementos alimenticios presentan una estabilidad bastante variable. Hay diferentes factores intrínsecos al producto que deben incitar a respetar más escrupulosamente las fechas estipuladas por el fabricante:
- La conjunción de principios activos: estos no siempre evolucionan de manera uniforme con el tiempo o pueden alterarse más rápidamente en sinergia.
- La presencia de excipientes.
- La forma galénica, con una mayor vulnerabilidad en los complementos líquidos (1-2).
- La naturaleza del recipiente y su hermetismo a los agentes exteriores: transparencia del frasco, estanqueidad del sistema de cierre…
Unas sustancias claramente más delicadas que otras
Con el tiempo, algunas vitaminas se degradan más rápidamente que otras y pierden su potencia. Por tanto, pasada la fecha de caducidad se recomienda renovarlas pronto con el fin de conservar sus acciones de apoyo al organismo.
La vitamina C (presente en Triple C, excelente trio sinérgico de ácido ascórbico, ascorbato de calcio y palmitato ascórbico) y la vitamina B1 o tiamina (a la que se hace honor en Benfotiamine, fuente de tiamina altamente biodisponible) son especialmente propensas al fenómeno de delicuescencia: a fuerza de abrir diariamente el bote o el frasco, estas se disuelven parcialmente al contacto con la humedad. ¡Una buena razón para conservarlas en un lugar fresco y seco! (3)
Otra muy frágil: la vitamina K (la estrella de Complete K, complejo de vanguardia que reúne las 3 mejores formas de vitamina K).
Como se ha dicho más arriba, preste especial atención a los complementos microbióticos (como Colon Friendly,
Lactobacillus reuteri y Derma Relief, valiosos aliados de la flora intestinal) que siguen siendo microorganismos vivos: aunque estos se conservan correctamente en un lugar fresco, más vale deshacerse de estos rápidamente una vez sobrepasada la fecha de consumo preferente (4).
Mujer embarazada: ¡se respeta la fecha de caducidad!
No se admiten aproximaciones con el embarazo!Si un profesional de la salud propone la toma de suplementos a una mujer embarazada, esta no es superflua: pretende responder a sus necesidades fundamentales y a las de su feto (5).
Pensamos especialmente en los folatos (vitamina B9) que contribuyen al crecimiento de los tejidos maternos durante el embarazo (6). En España, por otra parte, se recomienda tomar un suplemento de manera sistemática antes de la concepción y un complejo vitamínico durante las primeras semanas de gestación. Por tanto, en este caso preciso, no es tolerable una eficacia reducida: ¡lo caducado se tira!
Complementos alimenticios caducados: ¿qué se hace con ellos?
Si usted está tentado(a) de llevarlos a la farmacia, acuérdese de que los complementos alimenticios no son medicamentos : por tanto, no serán recogidos, como tampoco lo serán los productos de parafarmacia.
Por tanto, usted puede tirarlos a la basura sin reparo… respetando la clasificación selectiva, por supuesto: los complementos irán directos con la basura general o resto no reciclable (cubo gris de tapa naranja), mientras que los recipientes de plástico irán al reciclaje (cubo de basura de tapa amarilla y contenedor amarillo) y los cartones de embalaje irán al reciclaje (contenedor azul).
Evite además no tirar sus complementos líquidos directamente a las tuberías para conservar los recursos de agua potable. Mejor siga las recomendaciones del Área de Gobierno de Medio Ambiente de su Ayuntamiento para deshacerse correctamente de sus vitaminas, minerales y otros que hayan caducado:
- Tire sus complementos en una bolsa desechable mezclándolos con una sustancia no comestible para prevenir que los animales o los niños demasiado curiosos los ingieran accidentalmente: arena para lecho de gato, posos de café…
- Cierre herméticamente la bolsa.
- Tírela a la basura.
Balance final: ¿se tira o no se tira?
Aunque la mayoría de los complementos pueden ser ingeridos sin riesgo tras su fecha de “caducidad”, estos claramente no proporcionarán el máximo de su potencial. Ahora bien, si usted ha optado por tomar suplementos, es ante todo para beneficiarse de estos: por tanto, se recomienda encarecidamente hacer une clasificación regular de sus complementos remplazando los demasiado obsoletos por nuevos . ¡Estos también requieren una limpieza de vez en cuando!