Protegerse del sol
El sol es el peor enemigo de la piel. Al agredir cada día a las células cutáneas, los rayos ultravioleta (UVA y UVB) pueden causar muchos daños en la piel. Esta masiva exposición a la radiación ultravioleta favorece la aparición de manchas marrones y el desarrollo de las arrugas. Por lo tanto, en cualquier época del año, es importante proteger la piel para preservar su tono, apariencia y luminosidad.
En la práctica: Para prevenir la aparición de arrugas, conviene apostar por una protección óptima y sostenible contra el sol. Para ello, existen varias soluciones: cremas, aceites, leches, barritas... Además de estos productos de protección solar, hay suplementos nutricionales como el complejo que nos permiten protegernos contra el estrés oxidativo inducido por la exposición a los rayos UV.
Mantener una buena hidratación
Al igual que todas las células del cuerpo, las células de la piel necesitan agua para su funcionamiento. De hecho, este elemento vital representa el 70% de la composición de la dermis, capa intermedia de la piel. Sin embargo, cada día el cuerpo pierde una gran cantidad de agua de forma natural. Es necesario compensar esta pérdida con una hidratación adecuada, ya que expone el organismo a un riesgo de deshidratación. En la piel, la falta de hidratación favorece la aparición de arrugas.
En la práctica: Los profesionales de la salud recomiendan beber al menos 1,5 litros de agua por día para cubrir nuestras necesidades. Para una hidratación óptima de la piel, pueden utilizarse cremas hidratantes y algunos nutricosméticos. Por ejemplo, puede ser interesante apostar por . Al favorecer la retención de agua en la piel, estas moléculas previenen la deshidratación cutánea.
Frenar el envejecimiento cutáneo
Aunque una buena prevención frena el desarrollo de las arrugas, también es posible luchar contra las arrugas profundas. Para ello, hay que frenar los distintos procesos de envejecimiento de la piel. Con la edad, la estructura de la piel se ve especialmente afectada por la insuficiente producción de colágeno y elastina. Estas fibras son las que dan a la piel su firmeza y elasticidad. La falta de colágeno y elastina, que favorece la aparición de las arrugas, puede compensarse utilizando determinados productos antiedad y nutricosméticos antiarrugas.
En la práctica: Para eliminar, ocultar o reducir las arrugas, es posible aportar colágeno y elastina por diversos medios. Estas moléculas están presentes en cremas, sueros, lociones... pero también en la composición de ciertos complementos alimenticios como el producto . En una sola cápsula, esta formulación proporciona antioxidantes para proteger la piel, las moléculas de promover la regeneración de la piel y elementos estructurales, entre ellos colágeno y elastina.
Apostar por el ácido hialurónico
El ácido hialurónico, estrella de la medicina antienvejecimiento, se presenta como la molécula milagro contra las arrugas. Y con razón, ya que esta sustancia de presente en la piel participa en la hidratación y cohesión de los tejidos. Desempeña un papel clave para evitar la aparición de arrugas. Sin embargo, a lo largo de los años, varios fenómenos pueden conducir a su degradación. De ahí que pueda ser interesante apostar por un aporte externo de ácido hialurónico.
En la práctica: La suplementación de ácido hialurónico se puede realizar por inyección, en forma de cremas o tomando suplementos dietéticos. Fruto de varios años de investigación, el suplemento patentado ofrece un aporte sencillo y óptimo de ácido hialurónico.