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La cúrcuma desmantela un triturador de proteínas implicado en el cáncer

Si usted está interesado(a) en la medicina natural, no puede haber pasado por alto esta planta a la que se le da el sobrenombre del "sol en polvo" y que hace felices a las poblaciones asiáticas desde hace miles de años: la cúrcuma
Rédaction Supersmart.
2019-09-10Comentarios (0)

Si usted está interesado(a) en la medicina natural, no puede haber pasado por alto esta planta a la que se le da el sobrenombre del "sol en polvo" y que hace felices a las poblaciones asiáticas desde hace miles de años: la cúrcuma (del latín Curcuma longa).

Esta raíz de colores brillantes figura en los tratados de medicina ayurvédica desde hace como mínimo 4.000 años y es objeto de una fascinación sin precedente en todo el mundo. Se utiliza tanto por sus propiedades antioxidantes como por su sensacional acción antiinflamatoria, pero es su capacidad para prevenir el cáncer, incluso para ralentizarle, la que más apasiona. En la comunidad científica, esta fascinación por las virtudes anticancerosas de la cúrcuma es evidente: en 30 años, el número de estudios científicos que tratan sobre el tema se ha disparado, con un ritmo de publicaciones en constante aumento. Su interés aumentó drásticamente cuando unos investigadores observaron que la prevalencia de muchos cánceres era menos elevada en los países asiáticos donde la cúrcuma se consume mucho (1).

La mayoría de estos estudios ha confirmado sin ambigüedad que la cúrcuma sin duda juega un papel en la prevención y la proliferación de las células cancerosas (2-8) sin que se sepa realmente por qué. Habrá habido que esperar hasta el estudio científico n.º 941 para tener una explicación convincente de su mecanismo de acción. Retornamos a la historia increíble de esta raíz que ciertamente no ha desvelado todavía todos sus secretos.

La increíble expansión de la cúrcuma: la historia que ha permitido su ascenso

Un buen día, en algún lugar en el Sudeste asiático, un pequeño grupo de hombres ha intentado probablemente por casualidad probar el rizoma de una pequeña planta vivaz con flores violetas relacionada con la Curcuma longa. Como la experiencia fue más bien agradable, éstos introdujeron poco a poco este ritual a sus hábitos alimenticios sin saber que la planta tenía en realidad virtudes beneficiosas. Estas propiedades insospechadas confirieron entonces al pequeño grupo de personas una ventaja selectiva en relación con otros grupos que no la consumían: una mayor capacidad para curarse, una esperanza de vida muy ligeramente superior y, por consiguiente, un número de descendientes más elevado que la media. De manera lógica, estos descendientes tomaron las mismas decisiones alimenticias que sus padres y las transmitieron a su vez a las generaciones siguientes, de manera que, con el tiempo, los consumidores de cúrcuma fueron cada vez más numerosos, formando incluso una población de pleno derecho de consumidores de cúrcuma. Poco a poco, y sin que se sepa verdaderamente cómo, los individuos que formaban esta población asociaron la planta a su superioridad: debieron acabar por comprender que ésta les otorgaba “poderes” especiales. Por tanto, no es de sorprender que ésta se haya convertido en una figura sagrada alrededor de la cual se fundaron mitos y creencias populares fabulosas que todavía se cuentan hoy en día. Por ejemplo, en Malasia, se sigue untando el vientre de la madre y el cordón umbilical de pasta de cúrcuma para alejar a “los malos espíritus”, mientras que, en la India, se hace pasar un hilo de cúrcuma alrededor del cuello para estimular la fertilidad.

Con el tiempo, las poblaciones asiáticas comprendieron que podían controlar la reproducción de su planta fetiche, e incluso obtener plantas con un rizoma mayor cruzando plantas y cultivándolas. Así pues, la investigación demuestra hoy en día que Curcuma longa es el resultado de una domesticación intensa y que la versión salvaje era probablemente menos rica en sustancias beneficiosas como la curcumina. Las especies que nos rodean son el fruto complejo de la interacción del hombre con su entorno…

En el siglo II antes de Jesucristo, aparece en la India el periodo Védico, y posteriormente la medicina tradicional Siddha. Son medicinas holísticas muy vanguardistas que parten del principio de que las enfermedades dependen de factores dietéticos . La cúrcuma, o “Manjal” , ocupa evidentemente un lugar de honor: los Siddhars la utilizan sobre todo como agente cardioprotector. Cuando muchos años después, los comerciantes árabes descubren esta especia y los argumentos que presentan a su favor las poblaciones locales, quedan a su vez seducidos y participarán en su auge por todo el mundo .

Hoy en día, la cúrcuma es un producto natural conocido por todo el mundo. Las creencias de las poblaciones asiáticas respecto a éste persisten todavía, aunque les parezcan relativamente “ingenuas” a las poblaciones occidentales. Pero ¿cómo reprochárselo? Éstas no tenían ningún medio de comprender cómo actúa la cúrcuma en el cuerpo y no podían adivinar por qué milagro les permitía vivir más tiempo, si no era por cuentos compatibles con su sistema de creencias. La medicina moderna tiene mucho más los pies sobre la tierra: no se confunde con bonitas historias que rodean a las plantas tradicionales. Todo lo que le interesa es saber si éstas tienen un efecto fisiológico en el organismo, si la pueden utilizar para prevenir y tratar las enfermedades y si se puede comprender su mecanismo de acción. Y resulta que la cúrcuma responde ya favorablemente a estas tres condiciones…

Actualmente se conoce el mecanismo de acción de la cúrcuma contra el cáncer

Gracias a una técnica muy sofisticada que se denomina cristalografía de rayos X, unos investigadores de la Universidad de California en San Dieto han demostrado que uno de los componentes de la cúrcuma, la curcumina, tiene una forma espacial muy particular. Cuando ésta se encuentra cerca de una molécula que se denomina la DYRK2 y que está implicada en las células cancerosas, las dos moléculas encajan como dos piezas de un rompecabezas. Y esta asociación impide que la DYRK2 realice su actividad habitual: la curcumina actúa un poco como unas esposas que se ponen en las muñecas de un hombre y le impiden utilizar sus brazos.

El proteasoma es un triturador celular muy útil en una célula sana

Por tanto, la DIRK2, discapacitada por la curcumina, ya no es capaz de asegurar su misión principal: activar un triturador selectivo encargado de destruir las proteínas inútiles o dañadas en la célula. Hay que imaginar a este triturador como un cilindro enorme que traga las proteínas por un lado y las expulsa en trozos por el otro. Sin este triturador, que se denomina más científicamente el proteasoma, los residuos proteicos se acumularían y acabarían por hacer explotar a las células. Por tanto, es un elemento indispensable para nuestra supervivencia.

Pero en las células cancerosas, el triturador se altera completamente . Ya no es capaz de seleccionar correctamente las proteínas que debe destruir y por tanto se pone a exterminar proteínas vitales para la supervivencia del organismo. El triturador “alterado” tiene un apetito muy especial de las proteínas que son capaces de detectar anomalías en la célula y hacer sonar la alarma. Son proteínas “salvadoras” que patrullan regularmente en la célula y que controlan escrupulosamente cada uno de los componentes. Cuando éstas observan una anomalía, desencadenan reacciones moleculares complejas para repararla. Si la reparación de la anomalía no es factible y es lo suficientemente grave para comprometer la supervivencia del organismo entero, éstas ordenan el suicidio de la célula. Más vale condenar una célula que arriesgarse a ver que esta célula se multiplica y forma una colonia peligrosa para el organismo.

Por tanto, se comprende mejor por qué las células cancerosas logran multiplicarse a pesar de las numerosas anomalías peligrosas que éstas transmiten: el triturador “alterado” extermina las proteínas que se supone que tienen que supervisar las anomalías e impedir que las células anormales se dividan. Esta astucia permite a las células cancerosas reproducirse masivamente sin ningún control. En realidad, éstas no irían muy lejos sin este desajuste del “triturador”. Por otra parte, esta es la razón por la que la investigación se orienta desde hace varios años a la síntesis de medicamentos que bloquean la acción de este triturador celular. Eso es lo que hace la curcumina, al unirse a la DIRK2. Ésta desactiva el triturador celular indirectamente, lo que permite a las proteínas “salvadoras” escapar de la muerte y cumplir de nuevo con su función. Por lo menos de forma momentánea, ya que la curcumina no se une a la quinasa DYRK2 de manera definitiva, pero este sobresalto puede ser suficiente como para llevar a la célula cancerosa al suicidio o a reparar algunas de las anomalías…

Este mecanismo de acción, descubierto por primera vez, se añade a las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias reconocidas que sirven ya para prevenir y tratar numerosas patologías tano en Asia como en otros lugares. Éste consagra, todavía un poco más, a la cúrcuma al rango de superalimento.

¿Cómo consumir la cúrcuma para aprovechar sus beneficios?

El potencial de la cúrcuma es excepcional, pero a condición de que logre estar en contacto con las células del organismo . Por otra parte, los autores del estudio se cuidan de recordar que la biodisponibilidad de la curcumina es baja (13-14) y que la fracción que llega a la circulación sanguínea es evacuada rápidamente por el hígado a la orina. Esta baja biodisponibilidad explica por qué la cúrcuma se utiliza más como prevención que como tratamiento: las cantidades de curcumina que llegan hasta las células pueden ser suficientes para impedir que una célula se vuelva cancerosa (contribuyendo a reparar los errores o a bloquear su multiplicación), pero éstas no tendrán la misma potencia ante un tumor ya bien instalado que contiene decenas de miles de células cancerosas.

Este problema de biodisponibilidad no se plantea en el tubo digestivo, ya que la curcumina se encuentra en contacto con las células sin tener que atravesar la pared intestinal. Por tanto, la cantidad activa depende directamente de las dosis ingeridas. Esto es lo que explica por qué los estudios clínicos se centran en su mayoría en los cánceres del tubo digestivo (15), especialmente en el del colon, que afecta cada año a 500.000 personas en Europa.

¿Hay medios de aumentar la biodisponibilidad de la curcumina? Felizmente, sí. E incluso en este caso, la sabiduría popular asiática se ha adelantado a la investigación científica, ya que los ingredientes que permiten aumentar la disponibilidad de la curcumina figuran en varias recetas tradicionales como el curry o los chutneys. Entre estos ingredientes, se encuentra la bromelaína, un grupo de enzimas presentes en la piña fresca, y sobre todo la piperina, un alcaloide de pimienta negra que se encentra también en el complemento Bioperine (Bioperina). ¿Cómo actúa ésta? Aumentando la actividad de una proteína intestinal implicada en el transporte (16), pero también ralentizando el mecanismo que permite solubilizar la curcumina y contribuir a su eliminación a través de la orina (17). Así pues, en un estudio realizado con personas, la administración de piperina ha permitido aumentar la biodisponibilidad de la curcumina en un 2.000 % (18) mientras que los participantes se contentaban con tomar diariamente una dosis de 2 g de curcumina, es decir el equivalente de una cápsula de Natural Curcuma (Cúrcuma natural) . No obstante, como la curcumina es un quelante del hierro (19), esta estrategia está reservada a las personas que no padecen carencia de hierro.

Asimismo, se aconseja tomar los complementos de cúrcuma con la comida, ya que la presencia de ácidos grasos aumenta la absorción de la especia. Ésta es la razón por la que se encuentran complementos como Super Curcuma que contienen fosfolípidos y que por tanto tienen una mejor absorción que los complementos clásicos.

Finalmente, también puede cultivar algunas cepas de cúrcuma en su casa, en una maceta grande vigilando que la tierra esté siempre húmeda y al abrigo del hielo. La cosecha, que se hace de nueve a diez meses después de la plantación, le garantizará rizomas frescos, claramente más sabrosos que el polvo generosamente irradiado que se vende en los supermercados…

Estudio principal del artículo

Sourav Banerjee, Chenggong Ji, Joshua E. Mayfield, Apollina Goel, JunyuXiao, Jack E. Dixon, Xing Guo. Ancient drug curcumin impedes 26S proteasome activity by direct inhibition of dual-specificity tyrosine-regulated kinase 2, Proceedings of the National Academy of Sciences Jul 2018, 201806797; DOI:10.1073/pnas.1806797115

Referencias

  1. López-Lázaro M. Anticancer and carcinogenic properties of curcumin: considerations for its clinical development as a cancer chemopreventive and chemotherapeutic agent. Nutr Food Res. 2008 Jun;52 Suppl 1:S103-27. Review.
  2. Bar-Sela G, Epelbaum R, Schaffer M. Curcumin as an anti-cancer agent: review of the gap between basic and clinical applications. Curr Med Chem. 2010;17(3):190-7.
  3. Polasa K, Raghuram TC, et al. Effect of turmeric on urinary mutagens in smokers.Mutagenesis1992 Mar;7(2):107-9.
  4. Cheng AL, Hsu CH, et al. Phase I clinical trial of curcumin, a chemopreventive agent, in patients with high-risk or pre-malignant lesions. Anticancer Res. 2001 Jul-Aug;21(4B):2895-900.
  5. Cruz-Correa M, Shoskes DA, et al. Combination treatment with curcumin and quercetin of adenomas in familial adenomatous polyposis. Clin Gastroenterol Hepatol. 2006 Aug;4(8):1035-8.
  6. Epelbaum R, Schaffer M, et al. Curcumin and gemci. in patients with advanced pancreatic cancer. Nutr Cancer. 2010;62(8):1137-41.
  7. Sharma RA, McLelland HR, et al. Pharmacodynamic and pharmacokinetic study of oral Curcuma extract in patients with colorectal cancer. Clin Cancer Res. 2001 Jul;7(7):1894-900.
  8. Goel A, Aggarwal BB. Curcumin, the golden spice from Indian saffron, is a chemosensitizer and radiosensitizer for tumors and chemoprotector and radioprotector for normal organs. Nutr Cancer. 2010 Oct;62(7):919-30. Review.
  9. Sherr CJ, Roberts JM. CDK inhibitors: positive and negative regulators of G1-phase progression. Genes Dev. 1999;13:1501–1512. doi: 10.1101/gad.13.12.1501.
  10. Luqman S, Pezzuto JM. NFkappaB: a promising target for natural products in cancer chemoprevention. Phytother Res. 2010;24:949–963.
  11. Drexler HC. Activation of the cell death program by inhibition of proteasome function. Proc Nat Acad Sci. 1997;94:855–860. doi: 10.1073/pnas.94.3.855.
  12. Chevrel, S. (2016). Cancer et hasard. Une dérive médiatique passée au crible. Les Tribunes de la santé, 53,(4), 103-110. doi:10.3917/seve.053.0103.
  13. Dhillon N, Aggarwal BB, et al. Phase II trial of curcumin in patients with advanced pancreatic cancer. Clin Cancer Res. 2008 Jul 15;14(14):4491-9.
  14. Reuter S, Eifes S, et al. Modulation of anti-apoptotic and survival pathways by curcumin as a strategy to induce apoptosis in cancer cells. Biochem Pharmacol. 2008 Dec 1;76(11):1340-51. Review.
  15. Villegas I, Sánchez-Fidalgo S, et al. New mechanisms and therapeutic potential of curcumin for colorectal cancer. Mol Nutr Food Res. 2008 Sep;52(9):1040-61. Review.
  16. Bhardwaj RK, Glaeser H, Becquemont L, Klotz U, Gupta SK, Fromm MF. Piperine, a major constituent of black pepper, inhibits human P-glycoprotein and CYP3A4. J Pharmacol Exp Ther. 2002 Aug;302(2):645-50.
  17. Singh J, Dubey RK, Atal CK. Piperine-mediated inhibition of glucuronidation activity in isolated epithelial cells of the guinea-pig small intestine: evidence that piperine lowers the endogeneous UDP-glucuronic acid content. J Pharmacol Exp Ther. 1986 Feb;236(2):488-93.
  18. Shoba G, Joy D, Joseph T, Majeed M, Rajendran R, Srinivas PS. Influence of piperine on the pharmacokinetics of curcumin in animals and human volunteers. Planta Med. 1998 May;64(4):353-6.
  19. Jiao Y, Wilkinson J, Di X, Wang W, Hatcher H, Kock ND, D’Agostino R, Jr, Knovich MA, Torti FM, Torti SV. Curcumin, a cancer chemopreventive and chemotherapeutic agent, is a biologically active iron chelator. Blood 2009;113:462–9.

Crédits Illustrations : Lucille Duchene, www.lucilleduchene.com

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