Utilizado desde hace miles de años en muchas civilizaciones del Mediterráneo, en la cocina y como remedio natural en la medicina tradicional, el ajo es un condimento lleno de propiedades (1).
Además de su riqueza en manganeso, en vitamina B6, en fósforo, en hierro, en cobre, en selenio y en vitamina C, sobre todo contiene varios principios activos que hacen de él un remedio natural para numerosas afecciones (2).
En concreto, es su riqueza en compuestos organosulfurados la que aporta los beneficios de esta planta. En particular la S-alilcisteína, el compuesto más estudiado por los investigadores. El ajo también contiene aliina, que se transforma en alicina al contacto de una enzima cuando el diente se muele, se tritura o se corta. Esta molécula es la que confiere su olor particular al condimento.
También es esta molécula la que sufre transformaciones posteriores para producir otros compuestos organosulfurados como el sulfuro de dialilo, el disulfuro de dialilo y el ajoeno. Se cree que es el conjunto de estos compuestos (incluidos la S-alilcisteína) el que permite al ajo (3-6):
Este condimento tradicional también contiene saponinas que asimismo contribuyen a sus beneficios hipocolesterolemiantes así como a sus efectos protectores sobre el sistema vascular. La planta también parece contener proteínas específicas con efectos cardioprotectores.
Se sabe poco sobre los mecanismos que permiten al ajo tener efectos hipotensores. Probablemente habría un efecto vasodilatador que ayudaría a detener y a ampliar los vasos sanguíneos, y un efecto antioxidante que ayudaría a proteger estos vasos de los daños del estrés oxidativo.
Varios estudios han comparado los efectos de este condimento a los de un placebo en pacientes con hipertensión arterial (7-9).
Los resultados son claros: "la suplementación con extractos de ajo podría representar una alternativa a los medicamentos o un tratamiento complementario eficaz contra la hipertensión”, concluyen los autores de un estudio australiano.
Si bien comer el ajo crudo parece ser más eficaz para bajar la tensión arterial, también se puede consumir cocido para disfrutar de sus beneficios.
En efecto, aunque la aliina es destruida por la cocción, sus derivados, sulfuro de dialilo, el disulfuro de dialilo y el ajoeno, resisten a la cocción o a la deshidratación.
Por tanto, para disfrutar de los beneficios del ajo blanco y bajar la tensión arterial de forma natural, se puede consumir crudo, cocido, deshidratado, marinado en aceite de oliva, en infusiones, o incluso en extractos de ajo, etc.
Obtenido por un proceso de fermentación específico, el ajo negro tiene una composición todavía más rica que su versión “autóctona”. Así, el ajo negro es considerablemente más rico en S-alilcisteína, lo que maximiza sus beneficios (10).
Por tanto, el consumo de ajo envejecido es aún más interesante para bajar la tensión arterial de manera natural que el consumo de ajo crudo o cocido.
La única contraindicación respecto a la utilización del ajo negro es evitar consumirlo antes o después de una operación quirúrgica, debido a sus posibles efectos anticoagulantes.
Aparte de esta sencilla recomendación, se puede seguir un tratamiento con ajo negro (como Organic ABG10+®, un complemento alimenticio ecológico estandarizado a un 0,1 % de S-alilcisteína) todo el año, como complemento a una dieta adaptada para bajar la tensión arterial y a una actividad física regular.
También hay muchos otros remedios naturales para bajar la tensión arterial de forma natural. Las Infusiones para bajar la tensión o los zumos para bajar la tensión son, por tanto, excelentes soluciones.
Sin embargo, ya sea el ajo o el apio, también conocido por sus efectos reductores de la tensión arterial, el fuerte sabor de estas plantas puede echar para atrás a algunas personas. Por eso, muchas personas se inclinan más por los suplementos en cápsulas, con cantidades generalmente estandarizadas de principios activos, para aprovechar sus beneficios.
Además de tomar un complemento alimenticio, puede seguir una dieta DASH (Dietary Approaches to Stopping Hypertension) para una mejor regulación de su tensión arterial (11).
Desarrollada a finales de la década de 1990 a raíz de dos estudios a gran escala, la dieta DASH consiste en:
También hay que señalar que unos estudios han demostrado que los alimentos ricos en potasio también permiten bajar la tensión arterial de forma natural: cacao, plátano, boniato, alcachofa, aguacate, etc. son excelentes fuentes de potasio. ¡Buenos hábitos alimentarios que hay que adoptar!
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