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La dosis de vinpocetina utilizada en los ensayos clínicos varia de 20 a 50 mg al día, idealmente repartida en tres veces. Por tanto, la toma diaria de 2 a 3 cápsulas de Vinpocetine 15 mg (es decir 45 mg) corresponde plenamente a las dosis estudiadas.
Observe que la vinpocetina es mejor absorbida por el organismo cuando ésta se toma con las comidas (16).
El complemento alimenticio Hear Loss Formula va dirigido a personas que deseen prevenir trastornos auditivos, en particular los relacionados con la edad (presbiacusia).
También está destinado a todas las personas que ya tienen problemas de audición:
La vinpocetina contribuye a inhibir las plaquetas sanguíneas .
Por esta razón, esta no se recomienda a las personas con problemas de hemorragias y a las personas que hayan sido objeto de una operación quirúrgica.
Esta debe evitarse en combinación con los medicamentos o los complementos alimenticios que afectan también a la actividad plaquetaria como los complementos de ajo, de ginkgo biloba o de vitamina E a altas dosis.
La vinpocetina es utilizada en muchos países desde hace más de 30 años, especialmente para tratar problemas neurológicos relacionados con trastornos vasculares cerebrales como el accidente cerebrovascular (ictus) o la isquemia. No se ha evidenciado ningún efecto secundario grave en dosis terapéuticas, incluido en un uso a largo plazo.
La vinpocetina es fotosensible, por tanto, debe ser conservada alejada de la luz.
El magnesio (en forma de aspartato de magnesio) es el compuesto más importante de la fórmula. Aumenta el nivel de producción de la superóxido dismutasa (un potente antioxidante), favorece la vasodilatación y frena la entrada excesiva de calcio en las células del oído a consecuencia de traumatismos acústicos.
Un ensayo clínico de 2 meses, doble ciego y controlado con placebo, ha evidenciado los beneficios de una ingesta diaria de complementos de magnesio (170 mg) para reducir los daños causados al aparato auditivo de militares muy expuestos a ruidos.
El ginkgo biloba actúa a dos niveles en los trastornos de la audición.
Los flavonoides, reagrupados con el nombre de ginkgo flavonglicósidos, actúan en primer lugar a todos los niveles del sistema circulatorio (13). Una vez absorbidos por el organismo, éstos contribuyen a relajar la resistencia capilar, a aumentar el riego del oído interno y a combatir el factor de activación plaquetaria, que favorece la viscosidad sanguínea y el estado inflamatorio de los vasos (14-15). Asimismo, éstos actúan como chalecos antibalas frente a los agentes oxidantes causantes de la degradación de la audición y fluidifican la circulación sanguínea (16-17). Las terpenolactonas (especialmente los bilobalidos) contribuyen más a consolidar los circuitos neuronales implicados en la audición . Éstas participan aumentando la producción de energía de las mitocondrias en las neuronas y disminuyendo la fuga de los elementos oxidantes.
Durante un ensayo clínico (18), doble ciego y controlado con placebo, una ingesta de complementos de ginkgo biloba (240 mg al día) permitió a personas que habían perdido una parte de sus capacidades auditivas recuperarlas.
El organismo fabrica un potente antioxidante para combatir los radicales libres que pueden dañar las células del oído: el glutatión. Desgraciadamente, muchas situaciones patológicas (estrés oxidativo, diabetes, cataratas, aterosclerosis…) y varios factores medioambientales (contaminación, humo de cigarrillos) disminuyen considerablemente su producción (19).
Como la biodisponibilidad del glutatión es bastante baja cuando se toma por vía oral, SuperSmart ha añadido dos compuestos que ayudan al organismo a fabricar más: el ácido alfa lipoico.
En su forma “acetil”, la carnitina ayuda a mejorar la degradación de los nervios (20) [esta propiedad también se explota para combatir la enfermedad de Alzheimer (21)].
Estas cuatro vitaminas son cada vez más raras en la alimentación de los occidentales. Sin embargo, son indispensables para el buen funcionamiento de la audición y para la preservación de su integridad, además de estar implicadas en muchísimos procesos fisiológicos, en particular en el cerebro. Una deficiencia de vitamina D (lo que es muy frecuente en periodo invernal) provoca especialmente disfunciones de la cóclea.