Repaso: ¿por qué tengo piernas cansadas?
Pesadez en las piernas, tobillos inflados, hormigueos o síndrome de piernas inquietas: todos estos síntomas generalmente evidencian una mala circulación, en concreto un retorno venoso insuficiente. En otras palabras, las venas superficiales de las piernas situadas inmediatamente debajo de la piel tienen dificultades para hacer subir la sangre de los miembros inferiores hacia el corazón.
¿Qué pasa concretamente? Nuestras venas están equipadas de válvulas, comparables a pequeñas válvulas o cierres que se cierran para evitar el reflujo de sangre durante su avance. Si éstas se distienden demasiado, pierden su estanqueidad. El resultado es que la sangre se estanca en las piernas y los tobillos, generando una desagradable sensación de pesadez.
La posición erguida o sentada prolongada, las variaciones hormonales, laherencia, el tabaco, la ropa ajustada y el calor constituyen los factores principales que influyen en las piernas cansadas (1). Afortunadamente, unas buenas medidas permiten limitar esta molestia.
Masajearse regularmente las piernas
Para reactivar la circulación venosa, no hay nada mejor que un automasaje de las piernas al final del día (2). Realice movimientos suaves partiendo de los tobillos a las pantorrillas.
Asimismo, dedique un poco de tiempo a hacer un pequeño ejercicio complementario: alárguese colocando sus piernas verticalmente a lo largo de una pared. Mantenga la posición por lo menos 5 minutos respirando calmada y profundamente.
En cambio, no realice estas manipulaciones en caso de flebitis, de varices dolorosas o de heridas. Igualmente, si sus piernas están anormalmente calientes e hinchadas, consulte a su médico primero.
Practicar una actividad física adaptada
El sedentarismo debe realmente estar prohibido en caso de piernas cansadas. Moverse regularmente permite accionar los músculos de la pantorrilla, que de esta manera ejercen una cierta contención natural sobre las paredes venosas (3).
No obstante, no es cuestión de traumatizar sus piernas con impactos violentos: evite correr, el tenis o saltar a la comba que fragilizan las válvulas. En cambio, pásese con la marcha, la bicicleta o el aquabiking – ¡una elección excelente teniendo en cuenta la acción drenante del agua!
La castaña de Indias, un excelente venotónico
También conocido como castaño de caballo o falso castaño, el castaño de Indias (Aesculus hippocastanum) no debe confundirse con el castaño común al que se parece mucho.
Alojado en una cápsula espinosa, su fruto favorece la salud venosa y, por extensión, la sensación de piernas ligeras gracias a su buen contenido de escina (4).
Por tanto, dé preferencia a los complementos a base de castaña de Indias con una dosis suficiente de esta molécula (como el suplemento venotónico Horse Chestnut, normalizado a un 20 % de escina frente a una cantidad habitual de 3 a 6 %).
Darse una ducha tónica para reactivar la circulación sanguínea
¿No es usted adepto a la ducha escocesa? No hace falta meterse totalmente en el agua congelada. Mediante un sabio juego de contracciones-dilataciones, una ligera alternancia de caliente y frío en las piernas basta para tonificar el sistema venoso y reactivar la circulación sanguínea (5).
Para aprovecharse de ésta, acabe su ducha con un chorro de agua fría yendo de la parte inferior de la pierna a la superior. ¡Ánimo!
El trébol para el bienestar de las piernas
Además de adornar nuestros campos y taludes, el trébol o meliloto (Melilotus officinalis) también cuida nuestras piernas, ya que contribuye a la salud venosa y vascular (6-7). Recogidas en verano, estas puntas floridas reunidas en racimos amarillos deben sus extraordinarias propiedades a los flavonoides y a los derivados cumarínicos que éstas contienen.
Así pues, para encontrar un poco de ligereza, algunas personas recurren a complementos de meliloto (como el suplemento natural Lymphatonic estandarizado a un 18 % de cumarinas).
Prohibir las fuentes de calor demasiado intensas en caso de piernas cansadas
Es difícil de evitar las piernas hinchadas cuando llega el verano. No es de extrañar: al contacto con el calor, las venas tienden a dilatarse de manera excesiva y transfieren menos eficazmente la sangre hacia la parte superior del cuerpo.
¿Se ha acabado tomar el sol en la playa? No se preocupe. Simplemente limite las exposiciones prolongadas al sol de sus piernas reservándoles unos ratos a la sombra. Evite también el hammam o baño turco, la sauna o ladepilación con cera caliente que mantiene el fenómeno insidiosamente.
La corteza de pino marítimo para la salud vascular
Mencionado por primera vez en los escritos del navegador Jacques Cartier, el pino marítimo, según éste, habría permitido a toda su tripulación debilitada recobrar fuerza y vitalidad con una simple infusión. No obstante, habrá que esperar a los años 50, es decir un periodo de 400 años, para que el misterio de este árbol sea finalmente descubierto.
¿Su secreto? Una extraordinaria molécula presente en su corteza, nunca aislada hasta entonces, que atrae toda la atención de los investigadores: el picnogenol (8-9).
Para nuestros miembros inferiores, la corteza de pino marítimo no tiene nada que envidiar. Al contribuir a la salud vascular, ésta contribuye lógicamente al bienestar de nuestras piernas . Así que puede considerar tomar suplementos de este extracto vegetal de primera calidad (por ejemplo, con Pycnogenol, potente extracto patentado sintetizado a partir de pinos franceses de las Landas).