Lung Detox contiene los ingredientes más validados científicamente para el fortalecimiento de los tejidos pulmonares y el alivio de los síntomas relacionados con la inflamación de las vías respiratorias:

• Glutatión reducido, el antioxidante endógeno más potente del organismo. Los niveles de glutatión disminuyen con la edad (9-10).
• Epigalocatequina (EGCG), extraída de las hojas del té verde. La EGCG es la más potente de las catequinas: contribuye a proteger los tejidos pulmonares del estrés oxidativo. Refuerza y completa los demás componentes de la fórmula para aumentar su actividad depurativa.
• Quercetina, extraída de las yemas de Sophora japonica. La quercetina es un flavonoide que tiene unos efectos antiinflamatorios muy potentes.
• Bromelaína (2000 GDU – del inglés, Gelatine Digestive Units - Unidades digestivas de gelatina/g). Es un grupo de enzimas proteolíticas no degradadas por el sistema digestivo que por tanto pasan a la circulación sanguínea. Éstas ejercen ahí una actividad antiinflamatoria sistémica, gracias a su capacidad para inhibir la producción de mensajeros que causan inflamación (las prostaglandinas). El conjunto de datos científicos permite pensar que la bromelaína es eficaz para aliviar la inflamación (11-12), especialmente en los senos (13).
• Curcuminoides extractos de raíces de Curcuma longa. Los curcuminoides son potentes antioxidantes capaces de combatir la inflamación, que juega un papel determinante en el deterioro respiratorio y en numerosas enfermedades crónicas.
• Un extracto de Petasites hybridus normalizado a un 15 % de lactonas sesquiterpénicas. Varios estudios han mostrado que esta planta es beneficiosa para aliviar diversos trastornos respiratorios como el asma, la tos y las alergias respiratorias (14-15).
• Extracto de corteza de pino marítimo normalizado a proantocianidinas oligoméricas (PCO). Las PCO son flavonoides conocidos por sus potentes propiedades antioxidantes (de 20 a 50 veces más potentes que las de las vitaminas C y E).

En teoría, nuestro organismo es capaz de fabricar EPA y DHA a partir de ácidos grasos omega 3 de origen vegetal, pero estos aportes han disminuido considerablemente a lo largo de los siglos, debido a la agricultura moderna y a nuestro cambio de dieta alimenticia (3).

Además, el nivel de éxito de esta transformación ha disminuido mucho debido a nuestro consumo totalmente inadecuado de omega 6 (4). Los omega 6 son ácidos grasos mucho menos beneficiosos para el organismo, que se encuentran absolutamente por todas partes en los alimentos industriales modernos y que movilizan todas las enzimas (elongasas y desaturasas) indispensables para la conversión de los omega 3 vegetales en DHA y en EPA.

Una persona que decidiera aumentar sus aportes de ácidos grasos omega 3 de origen vegetal no notaría ninguna diferencia si ésta no reduce, al mismo tiempo y de manera considerable, sus aportes de omega 6. Sin embargo, la realidad está muy lejos de esta situación óptima, ya que nosotros consumimos de 15 a 50 veces más omega 6 que de omega 3 de origen vegetal.

En exceso, los omega 6 suplantan a los omega 3 y ocupan las membranas celulares en su lugar, lo que conduce a la formación de miles de moléculas proinflamatorias (5-6).

Después de su ingesta y absorción, el EPA y el DHA son incorporados a las membranas celulares con los fosfolípidos. Esta incorporación es un proceso lento : por tanto, es necesario tomar Super Omega 3 diariamente durante varias semanas, incluso varios meses, para constatar plenamente sus beneficios.

Al terminar de tomar los complementos, los aportes de omega 3 se reflejan en la composición de los fosfolípidos de las membranas. El estudio NAT-2 ha mostrado que el consumo de omega 3 provoca un aumento significativo de los niveles de omega 3 en las membranas (éstos pueden llegar hasta un 70 %). Para lograrlo, se le aconseja disminuir sus aportes de omega 6 durante todo el periodo de la ingesta de los complementos.

Se recomienda tomar una cápsula antes de cada una de las comidas principales. Durante toda la cura, también se recomienda seguir estos consejos.

Reduzca sus aportes de azúcar

Varios ensayos clínicos han mostrado que una reducción de aportes azucarados permite mejorar la resistencia al esfuerzo en personas víctimas de bronquitis crónica. La digestión de los azucares produce más dióxido de carbono que la de las proteínas y las materias grasas. Ahora bien, su evacuación por los pulmones se hace más difícil si éstos están dañados.

Aumente progresivamente su nivel de actividad física

Cuando usted hace ejercicio, como correr, natación o marcha, sus músculos trabajan más intensamente y por tanto usted tiene necesidad de más oxígeno. Para gestionar esta demanda suplementaria, la respiración y la circulación aumentan. Si este ejercicio se realiza de forma regular, los músculos se habitúan y se fortalecen, reduciendo la cantidad de aire necesario para realizar el ejercicio (16).

Aprenda a respirar mejor

Las personas que tienen las funciones respiratorias degradadas o inflamadas están a menudo en situación de hiperventilación crónica y a estas personas les falta oxígeno. Para mejorar el problema, se recomienda que empiecen a aprender ejercicios de respiración para desarrollar los músculos del diafragma, mejorar los intercambios gaseosos en los pulmones, favorecer la relajación y facilitar la expectoración de las secreciones bronquiales. Evidentemente, se desaconseja terminantemente fumar...

Usted puede combinar Lung Detox con un complemento de desintoxicación del hígado como Silyplus si usted sospecha también que su hígado está en mal estado (exposición a sustancias tóxicas: alcohol, medicamentos, productos de limpieza, pesticidas…). Asimismo, usted puede añadir un complemento antiinflamatorio natural como Super Oméga-3 si usted piensa que la inflamación es sistémica.

Si. Estos dos compuestos atraviesan perfectamente la barrera hematoencefálica con ayuda de proteínas de transporte específicas de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga. Varios ensayos realizados con personas han mostrado de manera indiscutible que la ingesta de omega 3 por vía oral lleva a su acumulación en los tejidos del sistema nervioso central (25-26).

Las softgels (también conocidas como “cápsulas blandas”) de este producto son de origen marino. Fabricadas a partir de gelatina de pescado, le garantizan una asimilación óptima y destacan por su pureza ejemplar.

Las cápsulas de este producto están compuestas de HPMC (hidroxipropilmetilcelulosa), una sustancia vegetal derivada de la celulosa. La HPMC se utiliza habitualmente en medicamentos y complementos alimenticios. No contiene ningún ingrediente de origen animal, está reconocido como seguro por las autoridades sanitarias y está considerado como más duradero que las alternativas sintéticas.